Smile and Carpe Diem

Would you know my name if I saw you in heaven ?
Will it be the same if I saw you in heaven?
I must be strong, and carry on because I know I don't belong here in heaven~

~Eric Clapton


~ Our love is like the wind... I can't see it, but I can feel it ~*

sábado, julio 17, 2010

Dark Chest of Wonders


Con murmullos sin sentido la habitación del ala Oeste la llamaba. Sentía curiosidad. ¿Qué maravillas estarían guardadas en el cuarto? ¿Qué habría allí dentro? La princesa recorrió silenciosamente los pasillos desiertos del palacio mientras se dirigía al ala recordando las palabras de su padre, ausente: “Por lo que más aprecies, no entres ala habitación con el postal de cristal negro. Hay miles de conocimientos que te impedirán salir y ver la luz del día.” Era sólo una advertencia más. Ella podría conseguir salir, era más fuerte de lo que aparentaba ser.
A cada paso que daba, más decidida estaba.
Llegó al ala Oeste; allí, frente a ella, la gran puerta de cristal negro se erguía ocultando lo que el cofre en su interior tenía. Ella se quedó inmóvil frente a la puerta, con mirada decidida.”No tienes poder sobre mí” murmuró.
Giró el picaporte plateado y entró en la helada habitación. Todo era muy extraño, no había más mobiliario que un cofre de roble tallado en el medio del salón circular iluminado por la débil luz de la Luna que se filtraba por entre los vitrales de las paredes. Sin dudarlo, cruzó la habitación hasta quedar frente al cofre. Apoyó su mano sobre la tapa de madera y lo abrió.
Un grito desgarrador fue lo que rompió el silencio de la noche.

jueves, julio 01, 2010

Oasis


Caminaba desde una hacia la otra punta del claro. La guerra estaba practicamente sobre el reino. ¿Cómo decirle que debía separarse de ella? ¿Cómo reaccionaría? No quería que se quedara triste, y menos herirla mientras él luchaba junto al Rey, su padre. Él claro que quería quedarse a su lado y lo desearía mas cuando supiera la noticia que ella, bien guardada, mantenía.
Se detuvo un instante, el galope lejano del caballo blanco de su amada le avisó que ella se aproximaba con un nuevo gran tesoro.
Al verla, su corazón volvió a latir, ya que ella era lo que le daba sentido a su vida. Observó la gracia que ella tenía, su grandeza. Su vestido gris característico resaltaba su pálida belleza. Llevaba el pelo recogido con la tiara de hojas plateadas. Su sonrisa- pensó él- es la envidia de todo ser celestial.
Y la noticia los convertiría en los seres más felices de su tierra.

~Lágrima