Smile and Carpe Diem

Would you know my name if I saw you in heaven ?
Will it be the same if I saw you in heaven?
I must be strong, and carry on because I know I don't belong here in heaven~

~Eric Clapton


~ Our love is like the wind... I can't see it, but I can feel it ~*

viernes, octubre 01, 2010

No need to say goodbye


Se despertó en la mitad de la noche, su cabeza le daba vueltas. No sabía que hora era.
Se incorporó en su cama, miró a través de la ventana. La luna le devolvía la mirada.
Se tocó las mejillas, estaban húmedas. Se había dormido mientras lloraba; aún no podía creerlo.
Silenciosamente se levantó y se vistió con su capa negra. No pensaba en otra cosa que no fuera él. Se dirigió hacia su puerta y la abrió, el pasillo estaba vacío; las velas habían sido apagadas. Ni un alma vivía ya por esa parte del castillo. Tanteando la pared, ella fue avanzando, aún sus lágrimas caían. No se perdonaría jamás el haberlo dejado ir. El piso estaba frío, lo sentía con sus pies descalzos.
Llegó al lugar que buscaba; la luna se filtraba por entre los vitrales de su castillo e iluminaba tenuemente una puerta de roble magníficamente tallada que presentaba esrituras talladas en un idioma que ella no entendía. Sin embargo, sin pensarlo dos veces, abrió la puerta y entró.
Un aire frío se respiraba dentro de la habitación, la cama presentaba una fina capa de polvo y las cortinas estaban cerradas. La princesa las descorrió, dando paso a la suave luz de la noche. Miró su reflejo en el espejo y se quedó paralizada. Justo detrás de ella, se encontraba su verdadero amor. Iluminado, con su traje rojo, se encontraba él. El corazón de la princesa latió rápidamente mientras que el tiempo se detenía. Tímidamente fue cruzando la habitación, hasta estar a pocos pasos de él.
-¡León!- exclamó ella mientras lo abrazaba.
La túnica roja cayó al suelo. Lágrima sostuvo el gancho por un momento. Recogió el atuendo y se lo llevó al pecho, lo mantuvo fuertemente contra ella cómo si eso pudiera devolverle el amor que se le había quitado. Se acostó en el borde de la cama aún abrazada a la túnica y comenzó a llorar silenciosamente.
-Buenos días- una voz la despertó. Había amanecido y ella no tenía la capa puesta. Sintió a alguien abrazado a ella.
Sintió como le acariciaba el pelo, como respiraba contra su espalda. Lo sentía.
La princesa se volvió contra su amor, miró sus ojos castaños y disfrutó de la felicidad que sentía en ese momento; él, sin dejar de acariciarla, le devolvía la sonrisa. Su pelo castaño estaba desordenado y su mano comenzó a subir hasta su cuello. Ella lo tomó y acercó su rostro al suyo. Él dijo algo gracioso y ella le sonrió, estában a muy pocos centímetros. Él fue acercando cada vez más sus labios a los de la princesa hasta terminar en un beso, el más dulce que jamás se habían dado.
-Bienvenido a casa- le dijo ella.
-No he vuelto- respondió mientras se desvanecía en la oscuridad de la habitación.
Lágrima se aferró a la túnica y, angustiada, se sumió en un profundo sueño.


~Làgrima